Añicos del destino

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Hay una conexión más allá de todo, un vínculo que desconocés de dónde viene, añicos de destino que intentan guiar tus pasos.

Cuando los dejás, la sensación de que estás en uno de esos momentos se transforma en certeza. Y ahí la ves. Y perdés el hilo de la pavada que estabas pensando.

Ella está igual, pero diferente (o viceversa). Hace como que no te ve, pero cambia de dirección y luce errática en su caminar. Pero no en su pensamiento. Sigue pensando del mismo modo: “hice lo mejor que pude”.

Sólo pedís que no llore esta noche.

2 Comentarios:

Fobica dijo...

Sincronicidad?

Gracias por su comment..el mío aún es un intento de blog!

Estuve leyendo algo de lo suyo ayer!
Un saludo!

Guspereyra dijo...

Fobica, un blog siempre será un intento. Bienvenida, las puertas están abiertas.